Aumentan los concursos de acreedores en España. No es una noticia que nos alegre daros, pero ya tenemos cifras a mitad de ejercicio económico y el panorama es tal cual lo afirmamos.
Según nos apuntaba el Diario Expansión hace solo unos días «en los primeros cinco meses, los concursos suman 2.699, frente a 1.393 en el mismo periodo de 2020». Si tras un mes de marzo poco halagüeño, abril nos daba un respiro con una cierta bajada en el número de concursos de acreedores, en mayo los concursos de acreedores en España han repuntado casi un 10%.
¿Cómo aumentan los concursos de acreedores?
Con 585 concursos de acreedores durante el mes de mayo España se sitúa por cuarto mes consecutivo por encima de los 500 concursos de acreedores en un mes. Para encontrar un precedente similar de descalabro continuado en el almanaque tenemos que bucear en el tiempo hasta el año 2014 año en el que todavía se sufrían las consecuencias de la larga profunda crisis del sector financiero e inmobiliario.
Desde 2014 España no transitaba más de cuatro meses por encima de los 500 concursos de acreedores en el mismo mes. En el primer semestre de 2021 esto ya se ha alcanzado. Clic para tuitearEn definitiva y en total para hacernos una idea de conjunto diremos que todo lo expuesto hasta ahora significa que España experimenta un aumento del 261,11% con respecto al mismo periodo de enero a junio de 2020. Son cifras preocupantes a nivel macroeconómico y qué duda cabe, tienen su impacto a nivel microeconómico. Cataluña y Madrid capitalizan el grueso de los casos acaecidos.
Una ola de concursos de acreedores
La evolución de los concursos de acreedores no tiene un diagnóstico fácil en el contexto normativo concursal español. Tal vez por eso mismo la Unión Europea insiste cuando se trata de presionar a España para que plantee una reforma de su marco normativo concursal.
Debemos recordar que la moratoria concursal que se aprobó en marzo de 2020 (en plena primera sacudida de la pandemia) se ha ido prorrogando sucesivamente de forma que sigue vigente hasta el próximo 31 de diciembre. Llegará el momento en que no se puedan plantear nuevas prórrogas y tal vez ahí nos enfrentemos con una realidad aún más cruda.
Reflotar una empresa insolvente
Por si todo esto no fuera suficiente problema, más de la mitad de los concursos de acreedores presentados (concretamente el 62%) declaran de forma exprés la liquidación ¿Cuál es el problema?
La ley concursal en España tiene un doble objetivo:
- Por una parte el concurso de acreedores trata de llevar una dinámica de organización cabal que permita cobrar sus cantidades no satisfechas a todas aquellas empresas acreedoras (Administración, Proveedores, Clientes insatisfechos…) perjudicadas por la mala marcha económica de la empresa concursada. El administrador concursal va a establecer una hoja de ruta coherente con la situación de la empresa balanceada con el derecho de sus proveedores a cobrar las cantidades que legítimamente les corresponden.
- Por otra parte el gran objetivo del concurso de acreedores es reflotar a la empresa concursada siempre que sea posible. Esto significa implantar planes de viabilidad (deshacerse de activos para afrontar pasivos, negociar con proveedores, refinanciar préstamos…) Que más allá de responder a las pretensiones de cobros de los acreedores serán capaces de dar una nueva vida a la empresa.
Debemos esperar a ver como evoluciona el resto del año, con una vacunación ya muy avanzada Y una vida social Y mi mercado más parecida ya a lo que teníamos en 2019. Y sobre todo debemos esperar a esa fecha de fin de moratoria para presentar el concurso de acreedores para ver que problema real subyace bajo esa capa de protección actual.
