La situación de insolvencia le generó una severa depresión y ha necesitado un largo tratamiento psicológico para superar su adicción a los juegos de azar en línea
El Juzgado Mercantil número 3 de Sevilla ha perdonado una deuda de 145.957,15 euros a un sevillano cuya situación de insolvencia se originó por un primer negocio fallido y se agravó por una adicción a los juegos de azar en línea durante la pandemia del coronavirus. En este sentido, el juez exonera del pasivo insatisfecho al cliente de Bergadà Asociados, despacho especializado en Derecho concursal, al aplicar la Ley de la Segunda Oportunidad.
En cuanto a los hechos, en el año 2004 el hombre tomó la decisión de emprender un negocio en Sevilla en colaboración con un socio. Los primeros años de funcionamiento resultaron extremadamente complicados, ya que el establecimiento no generaba los beneficios esperados, lo que llevó a acumular numerosas deudas.
Así, a pesar de lograr ciertas mejoras en las finanzas del negocio, esta situación le afectó considerablemente en su estado emocional y, sumado a las desavenencias con su socio, optó por abandonar la sociedad, asumiendo la parte pendiente de las deudas generadas, concretamente 24.000 euros. De hecho, este suceso marcó un antes y un después en la vida del hombre. Asimismo, también tuvo que asumir el vehículo que había adquirido y un préstamo solicitado para cubrir los gastos de alquiler.
En el año 2007, el hombre consiguió trabajo en la provincia de Huelva. En esta ocasión, el trabajo iba bien y decidió invertir en la compra de una vivienda. Sin embargo, un año después, y debido a problemas personales, decidió renunciar a su puesto de trabajo.
Posteriormente, en el 2008 empezó laboralmente en Sevilla, donde continua actualmente. Dado que había una considerable distancia entre la citada localidad y su residencia habitual, tuvo que alquilar una habitación en la capital hispalense. El alquiler mensual le costaba 450 euros, lo que lo llevó a alquilar su vivienda de hipotecada para poder seguir pagando la correspondiente hipoteca.
Esta situación comenzó a generar problemas depresivos en el hombre, ya que cada vez se le hacía más difícil mantener sus ahorros. Por este motivo, tomó la decisión de solicitar un préstamo de consolidación de deudas para poder hacer frente a todos los créditos “y poner mensualmente a cero las tarjetas de crédito con intereses abusivos que previamente había solicitado”, recuerda. Sin embargo, a pesar de esto, le resultaba más complicado pagar sus cuotas y, al mismo tiempo, contar con liquidez para sus propias necesidades, lo que lo llevó a utilizar varias tarjetas para acceder a esos ahorros.
Paralelamente, empezó a experimentar los primeros síntomas de una depresión severa, debido al estrés sufrido en los años anteriores. Comenzó a aislarse en su vivienda, perdiendo prácticamente todo contacto con el exterior. Como resultado de ese aislamiento, el hombre comenzó a jugar a juegos de azar en línea con el inicio de la pandemia. “Al vivir solo empecé a jugar y mi adicción se agravó en el 2020. Además, me enviaban solicitudes de préstamos y llegué a aceptar uno de 18.000 euros con tan sólo un mensaje de texto con la intención de pagar las tarjetas de crédito que tenía, pero me gasté todo el dinero en el juego, porque no era consciente del problema que tenía” explica el hombre.
«Como es bien sabido, este tipo de plataformas fomentan la creencia de que se pueden obtener grandes sumas de dinero en poco tiempo, lo que lleva a una adicción grave en aproximadamente el 1% de la población española«, explica la socia fundadora de Bergadà Asociados y abogada que ha llevado el caso, Marta Bergadà.
En ese momento, el hombre aún no podía pagar sus créditos, pero la situación se complicó con la citada pandemia, lo que agravó su depresión. Como el sector en el que trabaja fue uno de los más afectados por el Covid-19, sus ingresos se redujeron significativamente y se vio obligado a utilizar las tarjetas de crédito que tenía como forma de pago. También su salud mental comenzó a deteriorarse, empeorando su depresión y ansiedad, ya que preveía una inminente insolvencia. “Estaba en una situación muy delicada”, comenta la letrada.
Por ello, en el 2022 decidió buscar ayuda profesional y comenzó a tratar su trastorno de ludopatía con un psicólogo, al mismo tiempo que se prohibió su acceso físico y virtual a todas las casas de apuestas y plataformas de juego de azar. “Llegó un momento en el que me di cuenta que tenía que poner freno a aquella situación, porque lo estaba pasando fatal”, indica el hombre.
Después de comenzar a mejorar, ese mismo año optó por iniciar un procedimiento de la Ley de la Segunda Oportunidad, ya que a pesar de tener todos los créditos al día anticipó que a corto plazo ya no podría hacerles frente sin solicitar otros préstamos. De este modo, el hombre utilizó sus últimos ahorros para cubrir los honorarios de los abogados que tenía por aquel entonces, pero debido a circunstancias ajenas a él la demanda de concurso fue desestimada por no atender adecuadamente el letrado que tenía en ese momento los requerimientos del juzgado. “Llegaron a tardar casi un año en presentar toda la documentación y cuando lo hicieron faltaban muchos documentos, por lo que la demanda se desestimó. Incluso, cuando tenía consultas y dudas me respondían al cabo de una semana o más tiempo”, lamenta.
Fue cuando a principio de 2023 cuando conoció a Marta Bergadà y al equipo de Bergadà Asociados gracias al foro de Facebook sobre la Ley de la Segunda Oportunidad que dirige la letrada leridana. “Me puse en contacto con ella y al momento me respondió. De hecho, todas las dudas que tenía me las iba resolviendo y eso me dio mucha confianza. Llegó un momento en el cual me di cuenta que el abogado que tenía entonces no estaba llevando el caso correctamente, porque su estrategia no era la adecuada, por lo que en junio decidí que lo llevara directamente Bergadà Asociados mediante un concurso sin masa, y fue todo un acierto”, celebra.
Cabe decir que actualmente sigue recibiendo tratamiento psicológico, lo cual también implica un gasto significativo, y desde octubre de 2022 tiene un informe favorable del psicólogo que certifica que ha superado el trastorno de ludopatía. Pero a pesar de su mejoría tanto emocional como económica, el hombre no podía hacer frente a la deuda que se generó en su momento, ya que incluso se vio afectado por un ERTE.
De este modo, tan sólo un mes después el Juzgado Mercantil número 3 de Sevilla aceptaba el concurso. La buena noticia llegó el pasado 22 de diciembre, cuando el juez le perdonaba la deuda de 145.957,15 euros mediante la Ley de la Segunda Oportunidad. «Cuando recibí la llamada de Bergadà Asociados para comunicarme que se me había exonerado del pasivo insatisfecho estaba trabajando y me puse a llorar. Mis compañeros me preguntaron qué me estaba pasando y les dije que me habían dado una gran noticia que llevaba mucho tiempo esperando”, expresa.
Por este motivo, el cliente de Bergadà Asociados concluye que, “ahora que ya lo tengo asimilado, veo el futuro con mayor tranquilidad y me puedo centrar en mi trabajo y en la familia. También los bancos han dejado de llamarme y eso también ha supuesto un auténtico beneficio, sobre todo mental”. Por este motivo, “estoy tremendamente agradecido a Marta Bergadà y a su equipo, ya que han estado a mi lado en todo momento y resuelven las dudas al instante, algo totalmente necesario en la situación en la que estaba”.
Por su parte, la abogada Marta Bergadà señala que “los juegos de azar en línea son un auténtico problema, sobre todo para todas aquellas personas que se encuentran en una situación vulnerable debido a la insolvencia. Es necesario una regulación más dura al respecto”. Y añade que “todas las personas que se hayan visto superadas por las deudas y que se hayan agravado por la ludopatía que está siendo tratada han de saber que la Ley de la Segunda Oportunidad puede ser beneficiosa si son deudores de buena fe”.