La crisis de la construcción iniciada en 2007 fue el origen de la situación y tras vender todo su patrimonio, tampoco pudo hacer frente a lo que se debía
El Juzgado de Primera Instancia número 6 (mercantil) de Lleida ha perdonado una deuda de cerca un millón de euros, concretamente 983.857 euros, a una vecina de avanzada edad de la comarca del Segrià la cual avaló personalmente un préstamo que solicitó un hijo suyo para llevar a cabo una promoción inmobiliaria de 10 viviendas las cuales no pudieron terminarse debido a la crisis de la construcción iniciada en el año 2007. En este sentido, el juez exonera a la clienta de Bergadà Asociados del pasivo insatisfecho al aplicar la Ley de la Segunda Oportunidad.
En cuanto a los hechos, cabe indicar que la mujer, que actualmente tiene 78 años, había dedicado la mayor parte de su vida a la realización de tareas propias del campo y la ganadería como autónoma. De hecho, regentó un negocio familiar junto a su marido, que falleció hace ocho años, hasta abril de 2022, cuando se jubiló.
No obstante, en su momento avaló un préstamo de unos 350.000 euros solicitado por uno de sus hijos el cual tenía como objetivo llevar a cabo una promoción inmobiliaria de 10 viviendas. Los problemas surgieron en el año 2007, cuando se inició la crisis de la construcción, ya que dicha promoción no pudo terminarse y, por lo tanto, tampoco se pudo cumplir con las obligaciones que se habían contraído. «Quisimos renegociar con el banco, pero no fue posible. Esto hizo que, debido a los intereses y las costas, la deuda fuera cada vez mayor hasta alcanzar los 983.857 euros«, lamenta la mujer.
Fue entonces cuando empezó un auténtico calvario para la vecina del Segrià. Tras años de angustias, y como el préstamo estaba también avalado por su difunto esposo y por la madre de ésta, se presentaron sendos concursos de herencia yaciente y se liquidó todo el patrimonio, quedándose la clienta de Bergadà Asociados sin herencia y sin un futuro estable. «Su situación era muy crítica y desesperante», expone la socia fundadora del despacho ubicado en Agramunt y abogada que ha llevado el caso, Marta Bergadà.
En este sentido, la letrada añade que «todo ello le generó un gran problema en su salud, llegando a tener una situación de estrés constante, pues se le reclamaba la totalidad de la deuda, algo que le era imposible asumir». Muestra de ello es que actualmente está percibiendo la prestación de jubilación y la de viudedad, y entre ambas escasamente recibe 1.000 euros mensualmente. «Hay que indicar que pese a vender todo el patrimonio para cubrir la deuda, esto fue insuficiente», puntualiza Bergadà. También las llamadas del banco fueron constantes y perturbaron la tranquilidad y la estabilidad mental de esta madre, que como otras, sin pensar mucho en las consecuencias, apoyaron a sus hijos avalando proyectos con todo su patrimonio.
Ante dicha situación, y después de más de 15 años de sufrimiento constante, el año pasado su hija se puso a indagar sobre el perdón de las deudas para ver si había una solución. «Fue entonces cuando descubrió en Facebook un foro llamado Foro de la Ley de la Segunda Oportunidad administrado por Bergadà Asociados y en donde Marta Bergadà resolvía al momento todas las dudas surgían. Nos pusimos en contacto con ella y a los pocos minutos nos llamó. Rápidamente, nos indicó que el equipo de Bergadà Asociados estudiaría nuestro caso», recuerda. Así, se analizó al detalle y se vio que la exoneración de la deuda era posible gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad.
No obstante, incluso, el pasado mes de mayo se le embargó el poco dinero que tenía ahorrado de un rescate de un plan de pensiones, cuya cantidad ascendía a 6.000 euros. Así, tras quedarse sin esos pocos ingresos, la situación de la mujer pasó a ser insostenible. «Ha sido una pesadilla constante«, manifiesta la mujer.
La buena noticia llegó a principios del mes de octubre, cuando el juez del Juzgado de Primera Instancia número 6 (mercantil) de Lleida emitía el correspondiente auto en el cual le perdonaba la elevada deuda de 983.857 euros gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad y a la correspondiente exoneración del pasivo insatisfecho.
«Han sido muchos años de sufrir una pesadilla constante y mucho sufrimiento. Por ello, cuando nos Marta Bergadà nos llamó para decirnos que se perdonaba la deuda nos pusimos a llorar y, a día de hoy, todavía se nos pone la piel de gallina. Perdimos todo lo material que teníamos, pero ahora podré vivir tranquila lo que me quede de vida«, concluye la clienta de Bergadà Asociados.
Finalmente, la abogada Marta Bergadà señala que «hoy en día todavía hay muchas familias que están sufriendo las consecuencias de la crisis inmobiliaria, ya que en su momento avalaron de forma personal préstamos de terceras personas los cuales no se pudieron hacer frente. Tienen que saber que siendo deudores de buena fe la Ley de la Segunda Oportunidad les va a permitir olvidarse de la pesada carga de las deudas, pasar página y encarar el futuro con mayor optimismo».