Recién terminados los juegos olímpicos, pensando en ese momento en el que vemos a un medallista, y en el que todos nos vemos como un atleta profesional por un instante, nos preguntamos: ¿cómo llegan a alcanzar ese nivel? En muchos órdenes de la vida, hay personas que van más allá, que se destacan, y que convierten su pasión en una forma de vida: los pro.
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A continuación, le compartimos 9 consejos que si los adopta lo colocarán en una situación más que ventajosa para convertirse en un pro en el área que sea que se desempeñe:
1. Salir de la zona de confort: Suena a cliché pero es, sin dudas, lo más importante para volverse un pro en lo que sea. Salir de la zona de confort es comenzar a entrenarse para aceptar las situaciones y experiencias incómodas. ¿Por qué? Porque como iremos viendo, estas situaciones suelen ser justamente aquellas que le permitirían crecer y desarrollarse.
2. Descubrir los miedos o resistencias: Cada persona tiene sus propios miedos o motivos de abandono. Para ser más claros, hablamos de resistencias que llevan a que no pueda avanzar de forma efectiva con aquello que quiere alcanzar. Puede que sea un proyecto, un emprendimiento, o una tarea en particular. O bien tiene miedos que lo paralizan, como contactar ciertas personas, o bien tiene «resistencias» que usted mismo se impone, y que toman la forma de auto-aboteadores. Puede que sea la constante distracción,o quizás la procrastinación.
3. Establecer momentos «in the zone»: Nunca antes en la historia estuvimos tan expuestos a estímulos, distracciones y exceso de información. Está comprobado que los seres humanos cada vez tenemos menor capacidad de mantener la atención por períodos largos de tiempo. Por eso es importante establecer períodos de trabajo intenso, bloqueando de forma activa cualquier tipo de distracción posible.
Son períodos en los que debemos ser altamente productivos con lo que queremos lograr. Los americanos tienen una expresión para este tipo de momentos: «in the zone». La usan, por ejemplo, los atletas cuando sienten que están en un momento de concentración absoluta, en la que sienten que le pueden ganar a cualquiera.
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4. Aprovechar los «rituales»: Si cree que tiene problemas para mantener esta concentración y foco total, puede probar incorporando algún tipo de ritual, o rutina. Por ejemplo, trabajando en el mismo lugar y tiempo, para evitar «novedades». También puede ser algo más sencillo, pero que usted asocie con la disciplina, por ejemplo, prender una vela, poner una pelota en sus pies, o le que sea que resulte para usted.
Establecer momentos de trabajo absoluto, siendo muy productivo, sin interrupciones. Realmente trabajando. Sirve el incorporar rituales.
5. Dejar de estar pendiente de la opinión de los demás: Otro punto que suena a cliché. Pero créame, sirve. El amateur se guía por la opinión de los otros, y a veces no brinda su máximo por miedo a cómo se verá con sus amigos o familia. Pierde autenticidad y se ve paralizado por la posibilidad de, en términos ancestrales, «quedar relegado de la tribu».
Es importante que entienda este punto: NADIE puede estar tan pendiente de lo que hagamos o lo que dejemos de hacer. Puede que cuando alguien le pregunte qué está haciendo o de qué se trata su negocio usted sienta cierto temor a qué pensará la otra persona. Pero, ¿adivine qué?: la otra persona también tiene sus propios miedos, y no tiene tiempo de preocuparse por nosotros. Podrá hacer un comentario, pero a los 5 minutos ya estará pensado en sus propios temores.
6. Abandonar los planes al estilo amateur: Los amateurs suelen tener muchísimo planes, pero con un punto en común: todos comienzan mañana. El pro se enfoca en los planes que sabe que puede implementar con éxito, y en los que confía en que puede comenzar inmediatamente. La gran diferencia es que el amateur espera al «momento perfecto» para comenzar alguno de sus planes. El pro, por su parte, sabe que el «momento perfecto» es una utopía, y sabe que el momento perfecto para cualquier nuevo proyecto es ahora. El pro no espera a la inspiración, comienza ahora aunque sea lo último que quiere hacer.
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7. Estructure su día para enfrentar sus miedos: El amateur suele comenzar el día haciendo las tareas más cómodas, posponiendo las que más «duelen» o incomodan. El pro, por el contrario, comienza el día enfrentando las tares u obligaciones más «pesadas». Sabe que esas suelen ser las que generan más valor o resultados, por lo que comienza el día (o las deja para el momento más productivo) enfrentándolas.
8. Nunca dejar de aprender: El pro entiende que nunca deja de aprender. Siempre busca la forma de mejorar a través del aprendizaje, la experiencia, etc. Valora la práctica como algo que lo lleva cada vez más cerca a ser mejor y más pro.
9. Desconfiar de la gratificación inmediata: El pro mira el largo plazo. Hacer una tarea que no tiene ganas, un llamado a alguien hostil, entrenar, etc.: por supuesto que puede ser incómodo. Sin embargo, siempre debe mirar el largo plazo, y reconocer que todo lo anterior puede llevarlo a mejorar en el futuro.
Pero, ¿cómo empezar?
¡Simplemente tomar la decisión! El convertirse en pro, por más increíble que parezca, comienza cuando lo desee. ¡Ojalá a partir de este post! Simplemente decídalo, «a partir de ahora me convierto en pro». Comience a adoptar los consejos de este post, y en cuestión de días comenzarás a notar los impactos en tu vida. Recomiendo usar un cartel o recordatorio que pueda ver día a día al levantarse, en el que se recuerde a usted mismo el adoptar una actitud pro.
